~Varios años después~
Se podía ver a un grupo de niños y un adulto, formando un círculo, y mirando a dos niños mientras peleaban en el centro de círculo.
Curiosamente estos dos jóvenes son los que más destacaban entre todo el grupo de pequeños, uno estaba de pie, y con los brazos cruzados en el pecho mientras miraba con cierto aire de superioridad al otro niño, que estaba de rodillas en el suelo, limpiándose la sangre que le salía de los labios.
"Ríndete Atreus, no tienes ninguna posibilidad contra mí, quizás si entrenas unos cuantos años más, quien sabe, podrías hacerme sudar". Dijo con una sonrisa en la cara, mientras miraba al niño lleno de heridas en el suelo.
"¡Nunca!". Grito el otro mientras se limpiaba la sangre de la boca.
Intentando ponerse de pie repetidamente sin lograrlo, se miró las manos temblorosas, mientras pensaba en las palabras que su tía Aria le repetía constantemente, después del entrenamiento.
~Flashback~
Sentado en el suelo, y con sangre en la boca, se podía ver a Atreus, con una respiración profunda, y cansancio escrito por toda su cara.
"Porque tengo que entrenar tan duro madre, no haces más que golpearme". Se quejó, mirando a su madre a los ojos.
"Atreus.... hay veces que tenemos que hacer cosas que no nos gustan... y soportarlas". Dijo, con suavidad, mirándole a los ojos. "Porque al final cada persona tiene un papel en esta vida, y te pregunto, cuál es el tuyo Atreus".
~Fin flashback~
Lentamente aguantando el dolor que sentía en todo el cuerpo, y el temblor de los brazos y las piernas, se puso de pie.
Estando de pie, y adoptando una postura de batalla, dijo mientras miraba al suelo. "Mi madre me ha dicho que cada persona tiene un papel en esta vida, hasta hace poco no sabía cuál era el mío...., (susurrando en voz baja) pero ahora ya lo se". Subiendo la cabeza y mirando al otro niño con nada más que voluntad y determinación. "Todos tenemos nuestro papel. El mío es caer para volver a levantarme!!". Gritó mientras, empezaba a correr hacia el otro niño.
Pero antes de que ninguno de los dos pudiera continuar, un adulto se interpuso entre los dos.
"Ya está bien, se acabó la pelea, que cada uno limpie el equipamiento y lo guarde, nos vemos mañana a la misma hora de siempre". Dijo, gritando y mirando alrededor. "Atreus, Pylas cuando acabéis de guardar el equipo, os quiero conmigo". Dijo mirando a los dos niños.
"¡Si señor!", Gritaron los dos niños a la vez, mientras se iban rápidamente a guardar el equipamiento.
...
Dentro de una pequeña habitación,
"Como siempre, una excelente muestra de habilidades, sigue así Pylas". Dijo el señor con una pequeña sonrisa adornando su cara.
"¡Gracias comandante!". Dijo Pylas, estando firmemente de pie, y con emoción en los ojos.
"Puedes retírate Pylas". Dijo el comandante mirándolo a los ojos.
"Si señor". Haciendo una pequeña reverencia al comandante, se giró hacia Atreus, mirándolo provocativamente y con el pecho hinchado, resoplo y se fue.
Después de que Pylas abandonara la habitación, se extendido un silencio por la habitación.
Atreus mirando al comandante, y sin estar seguro de lo que quería decirle, se quedó quieto y sin hacer ningún ruido.
"Atreus...". Susurrando, el comandante, mirlo a Atreus a los ojos. "No eres el más fuerte, ni el más hábil, y tampoco eres el más talentoso...". Dijo el comandante mirando a Atreus.
Atreus bajo la cabeza un poco abatido.
"Pero.., tienes algo que no muchos tienen Atreus". Dijo el comandante, sin hacer caso a la expresión abatida de Atreus. "Tienes una voluntad firme. Que es algo que no mucha gente tiene Atreus. Si sigues preservando, llegara el día, en el que te verás recompensado por ello. Recuerda mis palabras". Dijo el comandante, mientras agitaba la mano, despidiendo a Atreus de la habitación.
Atreus, con un fuego avivado en los ojos, se inclinó. "Gracias comandante". Mientras se daba la vuelta y se iba por la puerta.
Relajándose en la silla, el comandante se quedó mirando la espalda de Atreus, con una pequeña sonrisa adornando su cara.
"Este chico... si se esfuerza, tendrá un gran fututo". Susurro, pensando en las palabras que había dicho Atreus en la arena.
...
En una pequeña colina, apartada del resto de casas, se podía ver una pequeña casa, y a Atreus corriendo hacia ella. "Madre!!". Grito mientras entraba por la puerta. "Estoy en casa!".
Después de un pequeño silencio.
"Que te he dicho sobre gritar pequeño mocoso". Se escuchó gritar a una mujer, desde dentro de la casa.
"Lo siento". Contesto Atreus, mientras rápidamente entraba en una habitación apartada para darse una ducha, y evitar que su madre viera toda la sangre que tenía encima.
Entrando en la habitación con una tina, se quitó la ropa y entro rápidamente dentro.
Mientras se limpiaba la sangre, se fijó en las cicatrices y hematomas que tenía por todo el cuerpo.
"Va a ser difícil ocultarle todas las heridas a madre". Pensó con cara de preocupación. "No quiero que se preocupe por mí". Limpiándose toda la sangre del cuerpo, y secándose, salió de la tina de agua.
Después de ponerse algo de ropa por encima se miró en el espejo, y viendo que no se veían las cicatrices y hematomas a través de la ropa, exceptuando las de la cara, y las manos, asintió para sí mismo, mientras se daba la vuelta e iba hacia la cocina.
Al llegar a la cocina, se podía ver a su madre sentada esperándolo. "Siéntate Atreus".
Asintiendo, se sentó en la silla de enfrente.
Viendo como su madre cerraba los ojos, Atreus también los cerro, mientras juntaba las manos.
Su madre susurro una oración al cielo, y agradecimiento al sol, por poder comer un día más sin preocupaciones.
Después de rezar durante 5 minutos, abrieron los ojos, y empezaron comer.
"Como va el entrenamiento?". Pregunto su madre, mientras se limpiaba la boca con una servilleta.
"Va bien, nos han enseñado a utilizar el arco". Respondió Atreus con comida en la boca.
"Bien.. Y has hecho amigos?". Volvió a preguntar su madre, mientras lo miraba directamente a los ojos.
"CoughtCought...". Medio atragantándose con la comida, levanto la cabeza para mirar a los ojos azules de su madre. "Emmm.. Si ya he hecho amigos". Respondió con inseguridad.
"Seguro?". Pregunto de vuelta.
Vacilando sin querer mentirle, respondió. "Si madre, no te preocupes". Mintió, sin querer preocupar a su madre.
Acabando de cenar, y sin querer que su madre le haga más preguntas, rápidamente, se levantó de la silla. "Buenas noches, madre".
"Ya te vas a dormir?". Preguntó.
"Sí, estoy bastante cansado". Respondió rápidamente.
"Bueno, que tengas buenas noches". Dijo sin prestar demasiada atención.
Subiendo rápidamente las escaleras al segundo piso, se encerró en su habitación.
Tumbándose en la cama, se quedó mirando a las estrellas, hasta quedarse dormido.